Todo absolutamente todo es una misma conciencia experimentando la diversidad. Jugando al olvido. Tú, yo, una planta, cualquier gusano, el presidente de tu país, el florista de la esquina, un átomo, una casa, un cristal, somos expresiones diversas de una misma única conciencia.
¿Qué los diferencia? Sólo forma. Sólo la forma en que ha elegido experimentar la “realidad”
Si es una única conciencia experimentando todo, ¿significa que toda la información de todo lo vivido en cualquier forma que sea, está a mi disposición como conciencia única que yo soy?
Cuando hacemos una regresión, lo que recibimos como información, como memorias de vidas “anteriores” ¿es algo vivido por nosotros como seres individuales evolucionando, o es información de la experiencia de la totalidad que elijo ver ahora para resaltar una forma de ver la vida?
La pregunta sería ¿lo que recibo como “información” es el registro de una experiencia mía o es una selección que estoy haciendo? Y si es una selección que estoy haciendo ¿qué la motiva?
¿Estoy queriendo experimentar con amplitud, o quiero establecer un punto de vista o reforzar alguna creencia de cómo son las cosas?
Si se lo permitimos, si sacamos todas nuestras creencias y nos abrimos a experimentar y a sentir, la conciencia-uno nos va a mostrar aquello que estamos necesitando para nuestra evolución o crecimiento. No importa que nos muestre como semilla estelar o como semilla de amapola. No importa que nos muestre como Napoleón o como un viejo zapatero. No importa que nos muestre una vida plena en otra dimensión o una vida como átomo en un cuerpo de agua.
Somos, hemos sido y seremos todo esto y mucho más. Toda la experiencia de la totalidad está a nuestra disposición porque nos pertenece. No nos limitemos creyendo que somos esto o fuimos aquello. Somos todo, fuimos todo, seremos todo.
Abrámonos a experimentar quienes realmente somos.