La vida es un constante movimiento y fluir de aspectos diversos que permanentemente se desequilibran y re-equilibran.
La enfermedad o desarmonía se produce cuando algún elemento en este permanente fluir es interrumpido o bloqueado.
Esto ocurre en cualquier aspecto de la vida, también por supuesto en el aprendizaje.
Habitualmente se piensa que el aprendizaje tiene que ver sólo con el cerebro y no con todo el cuerpo; algo similar ocurre con las emociones, las cuales muchas veces son vistas como antagónicas al pensamiento. Sin embargo cuerpo, pensamiento y emoción están íntimamente ligados y funcionan como un todo.
En los últimos años se han difundido mucho los conceptos de inteligencia emocional y su relación con la forma de relacionarnos, con la imaginación, con la creatividad y también con la salud.
Las emociones tienen una importante función que es: proporcionarle un criterio de decisión al pensamiento racional.
Para tomar decisiones y para razonar recurrimos al bagaje de experiencias pasadas que registra nuestra memoria, cada una de las cuales guarda un contenido emocional.
Hablando muy elementalmente, la emoción marca a la experiencia con una “etiqueta” de placer o dolor. Y a esta “etiqueta” la utilizamos como referencia para tomar decisiones o para hacer proyecciones a futuro.
“ El cómo nos sentimos frente a determinada situación, gatilla cierto tipo de neurotransmisores. Cada situación es simplemente un evento para la mente/cuerpo. La manera en que elegimos percibirla, coloreada por nuestras emociones, determina cómo responderemos a ella y también nuestro potencial para aprender de ella”
dice Carla Hannaford en su libro “Smart Moves”
Por eso es tan importante que exista placer en toda situación de aprendizaje.
Cuando frente a una situación de aprendizaje tenemos sentimientos poco gratos como por ejemplo:
que no podemos, que no somos capaces, que es muy difícil, que no nos gusta, que nos aburre, entramos en confusión bloqueando nuestra capacidad de aprendizaje.
Una persona alineada mental y emocionalmente funciona desde la auto conciencia, está en conexión con sus emociones y puede reconocer y entender las de los otros lo que le permite relacionarse mejor, aprender mejor, vivir mejor.
Esquemáticamente se puede hablar de 3 zonas o funciones cerebrales:
Corteza cerebral ( Neocorteza) / Cerebro Límbico (Emocional) / Cerebro Reptílico(Supervivencia)
Las emociones operan como mediadoras entre la parte más primitiva (reptílica) del cerebro que asegura la supervivencia y la corteza cerebral donde se toman las decisiones.
Si no tuviésemos mediación por parte de las emociones, que dicho sea de paso están conectadas con el corazón, no existiría una ética en nuestro accionar. Es decir actuaríamos conducidos por nuestros instintos más básicos y ante una situación vivida por nosotros como peligrosa podríamos reaccionar de maneras muy agresivas.
Es importante el equilibrio y constante interacción entre estas tres “zonas”. Podemos por diversas causas estar bloqueados en alguna de ellas sin tener acceso a las otras, lo cual puede traer diferentes trastornos, no sólo en lo que se refiere al aprendizaje sino en cualquier aspecto de nuestras vidas.
Muchos ejercicios están diseñados para liberar los bloqueos con sutileza y eficiencia permitiendo que el sistema mente/cuerpo/emoción se reequilibre y fluya en libertad.
Sin embargo es importante tener en cuenta que la actividad física en general siempre resultará beneficiosa como así también lo serán las esencias florales, las gemas, etc. Pero el mayor beneficio siempre se obtiene como fruto del AMOR. Un ambiente amoroso como todos sabemos es fundamental para el desarrollo armónico todo ser humano.
Patricia Sahade