El ser humano es una totalidad. Todos sus aspectos, físico, emocional, mental y espiritual, están en permanente interacción. Lo que ocurre en cualquier nivel se refleja de diferente manera en cada uno en los otros niveles.
Una herida, en cualquiera de los niveles, deja una huella en todos.
Cuando hay una cicatriz en el cuerpo físico no podemos obviarla, somos concientes de ella. En cambio las cicatrices energéticas en los otros cuerpos no se ven, y eso facilita que muchas veces “ignoremos” su existencia.
¿Qué es una cicatriz energética?
Una “cicatriz energética” es un área donde se ha guardado una memoria generalmente dolorosa. Un área en la que la energía está detenida o estancada. Es decir que la energía no circula y una porción de la energía vital de la persona está atrapada allí.
Estas memorias pueden ser de nuestra actual experiencia de vida, de otros espacios de vida, de nuestros ancestros, etc.
¿Cómo pueden manifestarse esas cicatrices? ¿Pueden afectar nuestra vida diaria?
En general hay un evento, situación, emoción, sonido, aroma, etc. que gatilla esa memoria por primera vez.
Una vez activada la memoria comenzarán a surgir repetidamente situaciones de vida que semejarán a la que produjo la herida original. Esas situaciones estimularán en nosotros siempre las mismas emociones, y las mismas estructuras de pensamiento, las cuales producirán conductas repetitivas , reactivas, muchas veces inadecuadas, y que no responden a una decisión conciente.
Las cicatrices que portamos en nuestros campos energéticos distorsionan nuestra realidad porque de cierto modo actúan como velos a través de los cuales percibimos el mundo.
Podríamos decir que estas “cicatrices” están instaladas en nuestro sistema energético dificultándonos vivir plenamente nuestros sueños y lograr nuestras metas.
Al limpiar estas antiguas memorias dolorosas, liberamos la energía atrapada en ellas, incrementando así nuestra vitalidad y nuestra alegría de vivir. Dejamos de repetir conductas inconscientes y recuperamos la capacidad de elegir lo que queremos para nuestra vida.
Esto es lo que hacemos habitualmente en las sesiones de CONCIENCIA CELULAR.
Patricia Sahade